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EDUCACIÓN DE ADULTOS MAYORES EN MÉXICO: Hacia la agenda 2030

Actualizado: 15 jun 2021

El concepto de “aprendizaje a lo largo de toda la vida”, no es rigurosamente, parte del derecho a la educación, pero sin duda es un concepto protagonista en la continuidad del proceso de aprendizaje, porque comienza al nacer y continúa durante toda la vida.

El derecho al aprendizaje no tiene límite de edad y para el adulto mayor tiene una significación especial, pues representa una oportunidad de actualización y participación social, de este mismo modo también una reafirmación de sus capacidades.

La educación en esta etapa de la vida resulta ser una significativa contribución en el desarrollo de una cultura del envejecimiento y por supuesto a la calidad de vida, pues se traduce en estándares de salud, felicidad y bienestar.


La Ley General de Educación establece, que dentro de nuestro sistema educativo nacional está la educación para adultos, de acuerdo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en México, los adultos mayores tienen todos los derechos que se encuentran reconocidos tanto en nuestra Constitución Política y los ordenamientos jurídicos que de ella se derivan, y uno de ellos es “recibir educación y capacitación en cualquiera de sus niveles para mejorar su calidad de vida e integrarse a una actividad productiva.”


En nuestro país, todas las personas tienen el derecho constitucional de recibir educación, y el Estado es quien tiene la obligación de otorgarla en los niveles básicos y media superior. En México el órgano encargado de atender la educación para adultos es el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), el cual fue creado en 1981 por decreto presidencial, con el objeto de promover, organizar e impartir educación para adultos.


La alfabetización es esencial para la aplicación del derecho a la educación, porque permite la continua adquisición de otras habilidades, sin ella es imposible alcanzar los objetivos de la educación y sería imposible hacer realidad este y otros derechos humanos.


Según datos del INEA, en 2015, 35% de las personas mayores de 15 años se encontraban en situación de rezago educativo total, es decir, poco más de 30 millones de mexicanos no sabían leer ni escribir (5.5%), no habían terminado la primaria (10.9%) o la secundaria (18.6%). Y 10 estados concentran el 70% del analfabetismo en el país, Oaxaca, Chiapas y Guerrero son los de mayores índices. Seguidos de Puebla; Michoacán; Veracruz; Hidalgo y Estado de México, y en último nivel Jalisco y Guanajuato.


De acuerdo al Instituto Nacional de Geriatría, hacia el año 2029 la presencia de los adultos mayores en el país se habrá duplicado, dada su tasa de 3.8 por ciento de crecimiento anual. Por lo tanto es preciso tener una imagen positiva y clara de dicho colectivo, en busca del camino correcto para lograr una cultura del envejecimiento activo, apoyando una realidad en donde el espacio de ocio y tiempo libre, así como la actividad y la participación de las personas mayores supongan un equilibrio vital, que las dote del sentido de utilidad tan necesaria para ellas.


La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un plan de acción con visión en favor de las personas, el planeta y la prosperidad; ha identificado, el aprendizaje y la educación de adultos, incluida la alfabetización de adultos, como fundamental para lograr el desarrollo sostenible, incluyendo la erradicación de la pobreza, el crecimiento económico sostenible e integrador, la lucha contra la desigualdad y el fomento de la inclusión social.

Estos compromisos de mejorar el acceso a la educación de adultos son especialmente importantes, puesto que se trata del nivel de educación que más déficit acusa en su financiamiento. Son muy pocos los países que gastan el tres por ciento recomendado de su presupuesto nacional de educación en los programas de alfabetización y educación de adultos.


El objetivo número cuatro de la Agenda 2030, relativo a la educación dice: “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”. Este objetivo comprende metas e indicadores relacionados con la educación de adultos, como son la educación y formación técnica y profesional, la educación y la alfabetización de adultos no formal y la educación superior.

La Educación y Formación Técnica y Profesional (EFTP) es aquella parte de la educación que se ocupa de impartir conocimientos y destrezas o capacidades para el mundo del trabajo; por lo tanto, ayuda a reducir las desigualdades, siendo un elemento importante de la educación de adultos y el aprendizaje a lo largo de toda la vida y esencial para todos los niveles de educación, por lo que ocupa un lugar destacado en la Agenda y forma parte del derecho a la educación y el derecho al trabajo.


México gasta en educación más que otros países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) el gasto en educación implicó el 17 por ciento del presupuesto total, pero casi el 90 por ciento de los recursos en educación terminan en nóminas, de acuerdo con un estudio de la OCDE “Panorama Educativo 2018” con cifras de 2015. El presupuesto del que dispone el INEA, es de apenas 0.9% del total asignado a la SEP.


Es por eso que es una meta a nivel mundial lograr que los adultos mayores con rezago ejerzan su derecho a recibir la educación básica y podemos afirmar que muchas Instituciones, gubernamentales, sociales y políticas, se encuentran comprometidas promoviendo el acceso a la educación formativo en todos los niveles y para todas las edades. La educación de adultos mayores es un componente fundamental en el aprendizaje a lo largo de toda la vida, en este sentido llevará a encontrar en la vida adulta, respuestas a las nuevas necesidades y oportunidades de cambio.


Actualmente existen un sin número de esfuerzos que siguen en busca de promover el ejercicio de aprendizaje y educación.


  • La Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza (1960)

  • El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966)

  • El Protocolo a la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos sobre los Derechos de la Mujer en África (2003)

  • La Carta Africana de la Juventud (2006)

  • La Carta Árabe sobre Derechos Humanos (2004)

  • La Carta de la Organización de Estados Americanos(1948),



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