Hola, mi nombres es Irma Nohemi Torres Villegas, tengo 22 años de edad y soy estudiante de noveno semestre en la Licenciatura de Psicología, por la Universidad Autónoma del Estado de México.
Actualmente realizo mis prácticas profesionales en un Centro de Salud en el Estado de México, el cual anteriormente era una Clínica Geriátrica. Hago valoraciones, tratamientos y seguimientos psicológicos a pacientes adultos mayores de distintas edades. Si bien, mis intereses van encaminados, también, a la atención social del adulto mayor.
Mi inclinación por trabajar con ésta población surge a partir de observar en mi comunidad la desvalorización y violencia que sufren estas personas,
incluso en mi esfera familiar. Además al estar en contacto con dicho sector en el Centro de Salud, he podido conocer las necesidades que tienen, las cuales deben ser atendidas; identifiqué que los adultos mayores se sienten incapaces de realizar ciertas actividades y además no están motivados, y que factores tanto personales como sociales se ven involucrados para que ellos se sientan así. Es por ello que quiero hablarles sobre “La autoeficacia para el desarrollo de la motivación en adultos mayores”.
Vivir la etapa de la vejez, implica toda una serie de cambios en la vida del ser humano, el funcionamiento de las habilidades motrices disminuye y en la mayoría de casos los adultos mayores dejan de realizar ciertas actividades; se sabe también que las áreas de inteligencia y memoria se van deteriorando con el tiempo, esto a raíz de un hecho más biológico.
Se dice que el envejecimiento es un “conjunto de procesos que sigue un organismo después de su fase de desarrollo. Estos procesos dinámicos indican un cambio, es decir, transformaciones biológicas, psicológicas y/o sociales del organismo en función del tiempo” (Tortosa, 2000: 20). Además de estos cambios, las relaciones familiares y sociales en ocasiones se ven limitadas, lo cual genera un estado de desmotivación en los adultos mayores.
Es tal la importancia de estudiar la autoeficacia y la motivación en el ser humano, pues es la fuente de energía que contribuirá para que ellos realicen sus actividades y satisfagan sus necesidades de manera que se sientan bien consigo mismos; por ello es fundamental que por sí solos realicen sus tareas en medida de lo posible, así mismo hagan frente a las adversidades que se les presenten día con día.
En la actualidad sabemos que el desarrollo del adulto mayor se ve representado por la dificultad de la realización de sus actividades, su capacidad para organizar y ejecutar acciones en los que influyen diversos factores, afectando así su autoeficacia que según Bandura (1986) consideró que esta podría afectar la elección de ciertas actividades, el esfuerzo para realizarlas y la persistencia para ejecutarlas.
Es por ello el valor de la autoeficacia como lo plantea Chavarría (2010) citando a Bandura (1995) que la define como la confianza que tiene una persona de su capacidad para realizar las actividades que le corresponda hacer. Con ello se debe tener en cuenta que dicha autoeficacia depende de las tareas y situaciones en que se involucran, y las personas las utilizan para referirse a algún tipo de meta o tarea a alcanzar.
Es fundamental que una persona sea autoeficaz pues con ello se sentirá seguro de sí mismo, confiará en sus capacidades para lograr diversas actividades, pondrá el esfuerzo necesario para realizar conductas y con ello podrán hacer frente a situaciones adversas. Sin embargo no solo implica la realización de sus tareas de orden físico si no de crear además sus propias estrategias para hacer frente a ello. Ésta se desarrollará haciendo uso de los propios recursos personales mediante la autoobservación, autoconciencia, autoconocimiento, autoreforzamiento; pero además de la persuasión verbal de los demás, de la observación a experiencias similares de otras personas con condiciones también similares que les generará conocimiento.
Si el adulto mayor es autoeficaz por ende se sentirá motivado; de acuerdo con García (2008), una de las teorías más conocidas sobre la motivación es la de la Jerarquía de las necesidades propuesta por Abraham H. Maslow, quien concibió las necesidades humanas ordenadas según una jerarquía donde unas son prioritarias y solo cuando estas están cubiertas, se puede ascender a necesidades de orden superior.
Las necesidades son las siguientes: las fisiológicas, de seguridad, pertenencia y amor, de estima y de autorrealización.
Es necesario satisfacer estas necesidades para sentirse pleno, en caso contrario el adulto mayor se sentirá frustrado o incompleto. Es de reconocer entonces que si los adultos mayores logran sentirse motivados, van a desarrollar actividades que sean importantes en su vida y que ellos mismos las llevarán a cabo, así estarán en constante desarrollo y disfrutarán esta etapa de vida sintiéndose bien consigo mismos y mantendrán buena relación con los demás, tomarán la iniciativa de lograr o hacer cosas nuevas y esto les generará un estado de tranquilidad, además de beneficios tanto en su salud física como mental.
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